Son menos de la mitad de las registradas en 2022 en el mismo período.
Según el informe ‘Vigilancia de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud en Aragón’, el número de muertes atribuidas al calor en la región ha disminuido en 2023 en comparación con el año anterior. Mientras que en 2022 se registraron 313 muertes atribuibles al calor, este año se han contabilizado 147 casos.
El informe se basa en datos del Instituto de Salud Carlos II y analiza el impacto de las altas temperaturas en la mortalidad en las tres capitales de provincia de Aragón entre el 1 de junio y el 15 de septiembre.
El 77,5% de las muertes atribuidas al calor en 2023 corresponden a personas mayores de 85 años. En total, se han observado 4.045 defunciones durante este período, de las cuales 147 se atribuyen a las altas temperaturas, en comparación con las 4.777 defunciones y 313 casos en 2022.
El estudio también señala que en nueve de las dieciséis semanas de vigilancia en Aragón, la mortalidad estuvo por encima del umbral de significación, que es del 95% de la mortalidad esperada. El mayor exceso de mortalidad se produjo después de las semanas del 14 al 27 de agosto, cuando las temperaturas superaron los umbrales de temperatura máxima de manera consecutiva.
Aunque las temperaturas en 2023 superaron los valores promedios de las series históricas, lo hicieron en menor medida que en 2022. El aumento de las temperaturas por encima de lo esperado se tradujo en un aumento de la mortalidad, aunque con un ligero retraso temporal.
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón ha advertido sobre el impacto de las temperaturas extremas en la salud de la población vulnerable, incluyendo a las personas mayores de 65 años, los menores de 5 años, aquellos con enfermedades previas y las personas en riesgo de exclusión social o con viviendas no adaptadas al calor. Desde 2004, se ha implementado un plan de acciones preventivas en la región.

