Un aumento sin precedentes en las muertes debido a la gripe y COVID-19 ha provocado un colapso en los servicios funerarios, extendiendo el tiempo de espera para entierros hasta cuatro días. Las funerarias, desbordadas por la demanda, reflejan una situación crítica a nivel nacional.
Tras los encuentros navideños, la ‘tripandemia’ ha alcanzado su punto más crítico, con un incremento notable en los contagios de gripe y COVID-19. Aunque la incidencia de estas infecciones respiratorias comienza a disminuir, los efectos secundarios son palpables, especialmente en los servicios funerarios.
Según datos del Instituto de Salud Carlos III, la curva de contagios muestra una disminución, pero los ingresos hospitalarios aún reflejan un aumento. En comunidades como Andalucía, la incidencia es más baja, mientras que en otras, como la Comunidad Valenciana, la saturación sigue siendo alta.
Las funerarias en varias regiones, como Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana, enfrentan una presión extraordinaria. Manuel Tejadas, de Interfunerarias en Cataluña, expresa que la situación actual es la más crítica desde la pandemia, con un aumento exponencial en los servicios funerarios.
Familias afectadas reportan esperas de hasta cuatro días para realizar los servicios fúnebres, un lapso significativamente mayor al habitual. Esta saturación también ha llevado a los hospitales a reprogramar cirugías y otros servicios esenciales.
A pesar de la disminución en la incidencia de infecciones, los expertos advierten sobre la necesidad de mantener la precaución. La situación actual en funerarias y hospitales es un recordatorio sombrío de la importancia de continuar con las medidas de prevención y cuidado frente a estas enfermedades.

